La familia Solomon abandona la trepidante vida de Chicago por el apartado mundo de una granja en Dakota del Norte. En medio del suave vaivén del campo de girasoles de la granja, Jess, de 16 años, se da cuenta de hasta qué punto el aislamiento puede ser terrorífico cuando ella y su hermano Ben, de 3 años, comienzan a ver siniestras apariciones, invisibles para todos los demás. Cuando estos espectros se tornan violentos, se cuestiona la salud mental de Jess, una amenaza doble para la atormentada joven. Su pasado problemático se topa de frente con el pasado de los que antaño vivieron en la casa, una peligrosa confrontación que deja su credibilidad en duda para aquellos a los que ella intenta advertir desesperadamente antes de que sea demasiado tarde.