Los habitantes de Seúl observan sorprendidos un extraño objeto que cuelga de un puente sobre el río Han. El objeto es, en realidad, una monstruosa criatura mutante que al despertar devora a todo aquel que se cruza en su camino. Entre tanta destrucción, la criatura mutante rapta a la hija del dueño de un quisco que vive felizmente a la orilla del río. Mientras el ejército fracasa una y otra vez en la destrucción del monstruo, este hombrecillo anónimo y su familia intentan recuperar a su hija.