La película está basada en la propia experiencia e infancia del director, Shane Meadows, y retrata la Inglaterra de 1983 en alguna parte de Nottinghamshire (donde además se rodó). Es el mismo período de decadencia y desesperación que aparece retratado en la película de Full Monty, rodada en Sheffield. Es la historia de un muchacho de 12 años que, por casualidad, conocerá a un grupo de skinheads (cabezas rapadas) con los que entablará amistad entrando a formar parte de ese peligroso círculo. No es una historia para salir sonriendo del cine, pero sí es una buena película para reflexionar sobre muchas, muchas cosas. Por cierto que el niño tiene cierto y simpático parecido físico con el director quien, el mismo día que fui al cine, se encontraba por allí dando una charla y firmando todo lo que le ponían por delante.