La premisa es bien sencilla. Cada diez años se reunen en un apartado pueblo los cuarenta asesinos más mortíferos del mundo. ¿Para qué? pues para participar en un torneo que llevará al ganador a embolsarse la suculenta cantidad de 10 millones de dólares.
Todo ello vigilado por cámaras las 24 horas del día. ¿Y quién promociona esto? Pues unos multimillonarios aburridos que quieren hacer un Big Brother privado y disfrutar de los especialistas en determinadas técnicas de asesinato.