La polémica radica en que se ridiculiza notablemente al dictador, nos situa en el escenario de 1944, y Goebbels, a pesar de tener todo perdido, no se rinde y en un suspiro de esperanza pide a Hitler un discurso de año nuevo con objetivo de animar a la multitud, pero Hitler, que estaba enfermo y depresivo, lo que menos quería era cualquier tipo de contacto con el público.Goebbels decide por tanto pedirle ayuda a su profesor de interpretación.
La película en su estreno en Alemania fue un aténtico fracaso comercial, sin embargo su director, que estará como invitado en el Festival, tal como han dicho los responsables del festival al decidir incluirla en la programación “demuestra que se puede hacer humor con alguien tan difícil como Hitler y las consecuencias de su régimen“.