sábado, abril 12, 2008


Hay algo cómico en estos dos nuevos sacerdotes. De hecho, hay algo que no está bien. Sucede que estos no son sacerdotes, sino dos presidiarios que se echaron a la fuga y cuya única plegaria es pasar desapercibidos bajo éste disfraz... y despistar a los policías que custodian la frontera para seguridad de Canadá.