sábado, abril 12, 2008


Un cazador de recompensas recibe su siguiente encargo: un contable que ha estafado a la mafia. Pocas películas de acción de los años ochenta resultaron tan simpáticas como esta entretenidísima cinta de persecuciones con divertidos golpes de comedia. Su inteligente y brillante guión no decae en ningún momento, y las geniales actuaciones de Robert De Niro y Charles Grodin aportan a sus personajes una complicidad digna de las mejores sonrisas.