martes, noviembre 24, 2009


Los Ángeles, años 50. El departamento de policía vive tiempos agitados en una ciudad revuelta y sacudida continuamente por escándalos que destapa la prensa sensacionalista, y donde todo el mundo busca la fama, drogas, alcohol, sexo o dinero. Dos agentes de caracteres opuestos, en cambio, guian sus acciones por nobles sentimientos: Bud White (Russell Crowe) se mete en todo tipo de líos pero no soporta que maltraten a una mujer. Mientras, Ed Exley (Guy Pearce) es un novato que quiere "limpiar" el cuerpo de policía de la corrupción imparable que invade todo el escalafón policial, aunque le cueste el desprecio de sus compañeros. Cada uno tiene sus tareas y sus problemas, hasta que una noche aparecen muertos varios agentes en un local nocturno... El cine negro estaba dormido (casi muerto) a finales de siglo, cuando de repente nos llegó este film magistral, turbio, intenso y asombrosamente narrado. Compleja pero apasionante historia para una película con un sólo error: estrenarse el mismo año y enfrentarse en los Oscars con "Titanic"; Los premios no pudieron refrendar una indiscutible obra maestra