Una conocida banda de criminales mantiene en absoluto desconcierto a la policía al llevar a cabo robos de bancos de manera impecable. Funcionan como un mecanismo de relojería, entrando y saliendo sin dejar sin dejar ningún tipo de evidencia, y manteniéndose discretamente inactivos entre atraco y atraco. Pero cuando están intentando organizar un último golpe donde está en juego nada menos que un botón de 20 millones de dólares, la banda comienza a encontra dificultades cuando aparece en escena un experimentado detective (Matt Dillon), empeñado en darles caza.